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El contenido de Leyesenergeticas.com fue canalizado desde el TODO (Origen, Luz, Universo) mediante
la Técnica de Relajación Profunda (RP). El Ego
El ser más importante durante toda nuestra encarnación, desde el instante del alumbramiento hasta el momento del desencarne, es nuestro Ego (Consciente, Ser Exterior) que nos acompañará durante todo el recorrido y por todos los caminos con la importante tarea de impulsar a nuestra Alma para su evolución. El Ego es una extensión de la Luz, que lo controla e impulsa para trabajar con el Alma solo cuando está encarnada (en La Tierra u otros planetas). La Luz lo conforma en un proceso de afianzamiento al cuerpo desde el alumbramiento hasta los 4 años. En esta etapa los niños pueden tener recuerdos de otras encarnaciones. A partir de los 4 años se puede acceder a los recuerdos del Alma solo con procedimientos que atenúan (inhiben) el Ego, como las Relajaciones Profundas (RP). Cuando llega el momento del desencarne, el Alma sale del cuerpo y se desconecta la Esencia del Ser. El Ego queda solo como información suspendida, guardada, contenida, como energía aislada y relacionada con el Alma. Cuando ocurre la unión del óvulo y el espermatozoide, entra la Esencia del Ser para guíar la formación y el desarrollo del nuevo individuo y también se incorporan los restos del Ego de la encarnación anterior. Durante el desarrollo dentro del vientre de la madre se va formando la nueva personalidad con la información que trae el Ego de la previa encarnación y las nuevas experiencias percibidas a través de los sentidos. Cuando el Alma entra al cuerpo, ya el individuo tiene una personalidad previa muy particular y similar a la personalidad de la encarnación anterior. Por eso hay personas que tienen desde muy pequeñitos una personalidad muy definida, con determinados matices o puntos de vista, como si ya hubieran vivido experiencias particulares, aunque no haya sido así. El Ego no está prediseñado o predeterminado, se va formando en cada encarnación de forma ascendente y diferente en cada persona, relacionándose los restos del Ego de la encarnación anterior con el nuevo Ego que forma la Luz, en dependencia de la información que trae el Alma sobre lo que viene a trabajar, de las experiencias y de las creencias que nos van programando. El Ego se encuentra sobre el Alma, cubriéndola (Ser Exterior) y tiene la capacidad de cambiar su vibración y color. El Alma está compuesta de Luz y la forma del Ego la complementa, su unión es como una fórmula química que hace brillar al Alma y es lo que se conoce como "aura". El Ego (Consciente) está conectado al cerebro y a los 5 sentidos: oído, vista, olfato, tacto y gusto para tener el control de nuestro cuerpo, nuestra vida y hacia dónde nos dirigimos. Tiene la función de escuchar, interiorizar, razonar y discernir. Debemos aprender a soltar el control del Ego para poder desarrollar todo lo que tenemos preparado para nuestra encarnación, dejándonos guiar por nuestra Alma, que no controla, solo fluye y nos lleva con las personas con las que necesitamos estar y compartir. Cuando el Ego no está en control, la interacción es maravillosa, se transforma todo y se llena de Luz, es a lo que llaman "milagro". Cada vez que se encarna, el Ego se convierte en el ser más importante durante esa "vida", ya que su objetivo es confrontar, impulsar y motivar al Alma para su desarrollo, jugando un papel fundamental al mostrarle el camino para su evolución. Sin el Ego, el Alma no podría evolucionar. Mientras mayor es el nivel evolutivo logrado por el Alma, el Ego se va haciendo más complejo. Los que nacen en año bisiesto tienen más herramientas y capacidad de intuición para lidiar con el Ego. El objetivo en la vida NO es luchar con el Ego para dominarlo o someterlo, sino aprender a convivir con él mediante una negociación permanente mientras estemos encarnados para convencerlo y que cambie su forma, mediante un trabajo muy fuerte, continuo y constante, no luchando contra él ni restingiéndolo o reprimiéndolo. Es más fácil aprender a negociar con el Ego cuando cambias la manera de ver las cosas, cuando lo aceptas, lo integras, lo amas y lo disfrutas, estableces una relación de amistad con él y comprendes porqué está pensando y actuando de determinada manera. Una de las utilidades del Ego es lograr el autoconocimiento a través de la valoración del comportamiento de los demás; esa observación nos sirve para conocernos mejor, para darnos cuenta de cómo pensamos y actuamos, nos lleva a los puntos exactos para la comprensión de nuestra personalidad; pero la valoración del comportamiento de las personas solo es útil para uno mismo, no para decírselo a los demás. El amor no se demuestra emitiendo juicios y opiniones negativas sobre lo que dicen o hacen los demás. El trabajo con el Ego no debe ser con base en el sufrimiento de los demás, debe implicar solo a quien lo hace, sin que los demás sientan la falta de empatía o indiferencia ante su dolor. Los 3 pasos para lograr la evolución del Alma encarnada son: 1. Entender quién es el Ego, cómo funciona y cómo opera. El Ego es una fuerza opuesta dentro nosotros que se manifiesta como una voz recurrente de incertidumbre y negatividad, manteniéndonos en el caos e interponiéndose en nuestra conexión con la Luz. El Ego provoca nuestra reactividad, tentándonos a que obtengamos satisfacción instantánea sin restricción. Sus extensiones son: ira, odio, juicio, control, soberbia, etc. Nos hace sentirnos víctimas e impide que seamos humildes pidiendo ayuda o aceptando nuestros errores. El apego es del Ego, no te permite liberarte y salir adelante. El Ego es el que hace el juicio sobre los recuerdos que están en el Alma y provoca diferentes emociones: tristeza, dolor, miedo, etc. El miedo viene del Ego, el Alma no tiene miedo. 2. Identificar al Ego cada vez que actúa. Para identificar si lo que nos llega a la mente (a nuestro cerebro controlado por el Ego) es del Alma o del Ego, la diferencia es que lo que viene del Alma es puro, llega de inmediato, de pronto, de la nada, como intuición, sin haberlo estado pensando antes, no se racionaliza ni es premeditado; luego el Ego en el cerebro le puede dar a esas ideas una desviación, confusión o interpretación diferente de la intención original. En los mensajes que vienen del Ego hay un análisis, una valoración, un juicio. 3. Negociar con el Ego. La negociación con el Ego se debe hacer ofreciéndole argumentos reales, claros e irrebatibles que lo convenzan de que no hay razón para las ideas que pone en nuestra mente o los miedos que nos trata de imponer. Cuando el Ego actúa mediante pensamientos de baja frecuencia (odio, rencor, desamor, etc.) juzgando la actitud de otras personas, el argumento que lo desarma es la realidad de que las decisiones, hechos o dichos de cada persona son consecuencia de la información que posee, las creencias que le han impuesto, las experiencias registradas en su Alma (conscientes e inconscientes), su nivel de evolución, la fuerza y dominio de su Ego, etc. Todos estamos haciendo lo mejor que podemos en este camino de práctica evolutiva basada en ensayo y error y nosotros hemos tenido esas mismas actitudes o peores con las demás personas. Para lograr una negociación más oportuna y conveniente, aprovechando la idea que pone el Ego en nuestra mente, se puede trabajar con 2 opciones de preguntas, elaborando 2 listas para responder cada pregunta: 1.ª opción: ¿por qué me pone esta idea? y ¿para qué me pone esta idea? La negociación con el Ego es un trabajo diario muy fuerte, continuo y constante para convencerlo de que cambie su forma, no luchando, restingiendo o reprimiendo, ya que restringirlo lleva a que finalmente, en algún momento de la vida, se desborde todo lo reprimido. El objetivo es lograr hacer un gran equipo con el Ego, comprendiendo que es nuestro mejor aliado y el encargado de impulsar la evolución de nuestra Alma, para convencerlo de la mejor manera de que cambie su forma y así poder trabajar en conjunto y armonía como un perfecto equipo formado por los mejores amigos. Cuanto mejor se logre hacer equipo con el Ego, más cambiará su forma de actuar y el Alma estará más libre para: - Seguir sus propios impulsos en el camino que preparó y coordinó con otras Almas antes de encarnar para su evolución.
Cuando no se logra subir de nivel en una encarnación no es porque sea más difícil o más fácil, es porque el Ego no lo permite, no se logra un nivel de introspección y por alguna razón no se logra dar los pasos que se necesitan. |
